Comunidades peligrosas en línea


Podemos definir las comunidades en línea como un grupo de personas que carecen de un lugar físico, cuyas interacciones están marcadas por intereses comunes y que tienen una identidad dentro de un espacio en Internet.
Las comunidades en línea no suponen un peligro por sí mismas, aunque sí se convierten en un riesgo en el momento en el que el contenido es inapropiado para los menores o se trata de comunidades peligrosas.


Facebook es una red social que puede tener muchos usos, en su mayoría de utilidad para los jóvenes, pero bajo determinados contextos también puede suponer un riesgo. Al igual que otras comunidades o grupos en línea, está constituido por un grupo de personas que carecen de un lugar físico, cuyas interacciones están marcadas por intereses comunes y que tienen una identidad dentro de un espacio en Internet. En el momento en el que el objetivo de la comunidad supone un riesgo para el menor... hablamos de COMUNIDADES PELIGROSAS EN LÍNEA.

Los principales tipos de comunidades peligrosas que se pueden encontrar en la Red son:

  • Comunidades pro-anorexia y pro-bulimia
Los miembros Pro-ana son generalmente chicas jóvenes (aunque cada vez son más los casos de chicos) que sufren anorexia y que comparten sus ideas y sus consejos a través de páginas web, fórums o blogs. Apoyan la delgadez, la pérdida de peso extrema y dan consejos para conseguirla. Estos grupos se han visto potenciados a partir del uso de Internet, convirtiéndose la Red en un medio que favorece estas patologías.
  • Comunidades que fomentan la autolesión “self-harm”
Entran en este grupo cualquier tipo de comunidad o grupo en Internet que promueva prácticas de autolesión, independientemente del objetivo de las mismas. Normalmente, los comportamientos relacionados con autolesiones que nos ocupan se encuentran íntimamente vinculados con ansiedad, depresión e ira. Así, por medio de la realización de éstos, los menores recurren en ocasiones al castigo físico como forma de liberación de estrés y canalización de emociones en detrimento de otras estrategias alternativas para ello.
  • Comunidades que fomentan el odio “hate-speech”
Se incluirán en esta clasificación los grupos o comunidades en línea que “propaguen, inciten, promuevan o justifiquen el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo u otras formas de odio basadas en la intolerancia, incluida la intolerancia expresada por el agresivo nacionalismo y el etnocentrismo, la discriminación y la hostilidad contra las minorías, los inmigrantes y las personas de origen inmigrante˝. Así, estas comunidades fomentan a través de la red la discriminación de estos colectivos y la incitación a conductas violentas y perjudiciales. Es lo que en la Red se conoce como “Ciberodio”.
  • Comunidades que promueven hábitos de vida no saludables
Se incluyen en este grupo todas aquellas comunidades que incitan a los jóvenes al consumo de alcohol y drogas, entre otros malos hábitos.
  • Comunidades que realizan apología del suicidio
En este grupo se incluyen aquellos sitios web que ofrecen información sobre los diferentes procedimientos para llevar a cabo un suicidio, incitando del mismo modo a su realización.
  • Comunidades que realizan apología de la pedofilia
Estas comunidades en la web no suelen contener imágenes de abusos o pornografía infantil explícita. Por el contrario, su funcionamiento y razón de ser se orientan a realizar una defensa de las relaciones entre adultos y menores, normalizando el delito implícito en ellas y buscando tanto seguidores como víctimas. Entre sus prácticas caben destacar anuncios relacionados con, por ejemplo, el “Día del Orgullo Pederasta” o “International LoveBoy Day”.
  • Comunidades relacionadas con juegos online
Además de los evidentes riesgos relacionados con los juegos online y videojuegos, tales como los vinculados al uso abusivo, al acceso a contenido inadecuado para menores (mercados ilegales, violencia, xenofobia…) o a la falta de control por parte de los adultos; hemos de contemplar el riesgo adicional que supone entrar en contacto con comunidades peligrosas que promuevan la propia adicción a este tipo de juegos y la relación con colectivos y temáticas incitadoras de violencia, discriminación o actitudes inadecuadas.

Los ciberdelincuentes tienen conocimiento sobre el tiempo que dedican y la presencia que los menores tienen en los diferentes juegos en red. Se convierten, así, en víctimas fáciles a las que acceder a través de las comunidades de jugadores online existentes.

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